El retorno a la
tierra natal ha sido tan
sentimental, y tan
mental, y tan divino,
que aún las gotas del
alba cristalinas están
en el jazmín de
ensueño, de fragancia y de trino.
Por el Anfión antiguo
y el prodigio del canto
se levanta una gracia
de prodigio y encanto
que une carne y
espíritu, como en el pan y el vino.
En el lugar en donde
tuve la luz y el bien,
¿qué otra cosa podría
sino besar el manto
Exprimidos de idea, y
de orgullo y cariño,
de esencia de
recuerdo, de arte de corazón,
concreto ahora todos
mis ensueños de niño
sobre la crín anciana
de mi amado León.
Bendito el dromedario
que a través del desierto
condujera al Rey
Mago, de aureolada sien,
y que se dirigía por
el camino cierto
en que el astro de
oro conducía a Belén.
Amapolas de sangre y
azucenas de nieve
he mirado no lejos
del divino laurel,
y he sabido que el
vino de nuestra vida breve
precipita hondamente
la ponzoña y la hiel.
Mas sabe el
optimista, religioso y pagano,
que por César y Orfeo
nuestro planeta gira,
y que hay sobre la
tierra que llevar en la mano,
dominadora siempre, o
la espada, o la lira.
El paso es
misterioso. Los mágicos diamantes
de la corona o las
sandalias de los pies
fueron de los
maestros que se elevaron antes,
y serán de los genios
que triunfarán después.
Parece que Mercurio
llevara el caduceo
de manera triunfal en
mi dulce país,
y que brotara pura,
hecha por mi deseo,
en cada piedra una
mágica flor de lis.
Por atavismo griego o
por fenicia influencia,
siempre he sentido en
mí ansia de navegar,
y Jasón me ha legado
su sublime experiencia
y el sentir en mi
vida los misterios del mar.
¡Oh, cuántas veces,
cuántas veces oí los sones
de las sirenas
líricas en los clásicos mares!
¡Y cuántas he mirado
tropeles de tritones
y cortejos de ninfas
ceñidas de azahares!
Cuando Pan vino a
América, en tiempos fabulosos
en que había
gigantes, y conquistaban Pan
y Baco tierra
incógnita, y tigres y molosos
custodiaban los
templos sagrados de Copán,
se celebraban cultos
de estrellas y de abismos;
se tenía una sacra
visión de Dios. Y era
ya la vital
conciencia que hay en nosotros mismos
de la magnificencia
de nuestra Primavera.
Los atlántidas fueron
huéspedes nuestros. Suma
revelación un tiempo
tuvo el gran Moctezuma,
y Hugo vio en
Momotombo órgano de verdad.
A través de las
páginas fatales de la historai,
nuestra tierra está
hecha de vigor y de gloria,
nuestra tierra está
hecha para la Humanidad.
Pueblo vibrante,
fuerte, apasionado, altivo;
pueblo que tiene la
conciencia de ser vivo,
y que, reuniendo sus
energías en haz
portentoso, a la Patria vigoroso demuestra
que puede bravamente
presentar en su diestra
el acero de guerra o
el olivo de paz.
Cuando Dante llevaba
a la Sorbona
ciencia
y su maravilloso
corazón florentino,
creo que concretaba
el alma de Florencia,
y su ciudad estaba en
el libro divino.
Si pequeña es la Patria , uno grande la
sueña.
Mis ilusiones, y mis
deseos, y mis
esperanzas, me dicen
que no hay patria pequeña.
Y León es hoy a mí
como Roma o París.
Quisiera ser ahora
como el Ulises griego
que domaba los arcos,
y los barcos y los
destinos. Quiero
ahora deciros ¡hasta luego!
Porque no me resuelvo
a deciros ¡adiós!
1907
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