Secundaria

Instituto Nacional Público de Boaco "Rosa Cerda Amador"

domingo, 22 de marzo de 2015

Concurso de poesía

Instituto Nacional Público de Boaco "Rosa Cerda Amador"

En Homenaje al Insigne Poeta Rubén Darío


El año próximo, 2016, se cumplen cien años desde el deceso del poeta Rubén Darío, el 6 de febrero de 1916, en la ciudad de León.

Como parte de las actividades en pro de la celebración del Centenario de la muerte de nuestro insigne poeta, Rubén Darío, el Instituto Nacional Público de Boaco “Rosa Cerda Amador”, realizó un concurso de poesía —redacción y declamación— con la participación de más de veinte (20) estudiantes del noveno y undécimo grado.

De todos los participantes serán seleccionados cuatro (4) ganadores, dos de cada grado, hombre y mujer respectivamente, quienes representarán a nuestro Centro en el concurso municipal a efectuarse en los próximos días.

jueves, 19 de marzo de 2015

Mural Dariano

Instituto Nacional Público de Boaco "Rosa Cerda Amador"

Rumbo al centenario de su muerte.

lunes, 16 de marzo de 2015

martes, 10 de marzo de 2015

Antesala de la muerte de Darío

En Nueva York.

El año 1915 fue la antesala de la muerte de Darío. En enero de ese año se encuentra en Nueva York, adonde ha llegado en noviembre del año anterior acompañado de Alejandro Bermúdez, para iniciar una gira por América en pro de la paz mundial. Los aires bélicos, que por ese entonces soplaban intensamente en Europa, hicieron que Darío se entusiasmara con la idea de ir al “nuevo mundo” a predicar la paz con sus poemas. El tiempo pasa y las conferencias que debían dictar en la ciudad de los rascacielos aún no se organizan. El escaso dinero de los pacifistas está por terminarse.

Si bien el año previo a la muerte de Darío estuvo lleno de amarguras, quebrantos serios de salud y humillaciones, tuvo también sus momentos gratos, como lo fueron los homenajes que le tributaron el fundador de la Sociedad Hispánica de América, el señor Hungtington y la escritora Helen S. Woodruff, de la Liga de Autores. Hungtington, en nombre de la Sociedad Hispánica impuso a Rubén la Medalla de las Artes y las Letras.





Instituto Nacional Público de Boaco "Rosa Cerda Amador"

lunes, 9 de marzo de 2015

Cátedra Dariana

Nueva Cátedra para los estudiantes del 10° grado.

A partir de la próxima semana, estaremos introduciendo en el programa de Lengua y Literatura de décimo grado, una adecuación curricular, una Cátedra Dariana. De las cinco horas clases a la semana, se tomara una para el desarrollo de una serie de contenidos relacionados con la vida y obra del gran poeta nicaragüense Ruben Darío, durante todo el año escolar. Estos contenidos serán parte de la evaluación constante, en cada corte evaluativo y al finalizar del curso se expondrán ensayos, poemas y composiciones elaborados por los estudiantes del décimo grado de los tres turnos.

Cuento El Fardo

Allá lejos, en la línea como trazada con un lápiz azul, que separa las aguas y los cielos, se iba hundiendo el sol, con sus polvos de oro y sus torbellinos de chispas purpuradas, como un gran disco de hierro candente. Ya el muelle fiscal iba quedando en quietud; los guardas pasaban de un punto a otro, las gorras metidas hasta las cejas dando aquí y allá sus vistazos. Inmóvil el enorme brazo de los pescantes, los jornaleros se encaminaban a las casas. El agua murmuraba debajo del muelle, y el húmedo viento salado que sopla de mar afuera a la hora en que la noche sube, mantenía las lanchas cercanas en un continuo cabeceo.

Todos los lancheros se habían ido ya; solamente el viejo tío Lucas, que por la mañana se estropeara un pie al subir una barrica a un carretón, y que, aunque cojín cojeando, había trabajado todo el día, estaba sentado en una piedra, y, con la pipa en la boca, veía triste el mar.

-Eh, tío Lucas, ¿se descansa?

viernes, 6 de marzo de 2015

A la muerte de Rubén Darío

Si era toda en tu verso la armonía del mundo, 
¿dónde fuiste, Darío, la armonía a buscar? 
Jardinero de Hesperia, ruiseñor de los mares, 
corazón asombrado de la música astral, 

¿te ha llevado Dionysos de su mano al infierno 
y con las nuevas rosas triunfantes volverás? 
¿Te han herido buscando la soñada Florida, 
la fuente de la eterna juventud, capitán? 

Que en esta lengua madre la clara historia quede; 
corazones de todas las Españas, llorad. 
Rubén Darío ha muerto en sus tierras de Oro, 
esta nueva nos vino atravesando el mar. 

Pongamos, españoles, en un severo mármol, 
su nombre, flauta y lira, y una inscripción no más: 
Nadie esta lira pulse, si no es el mismo Apolo, 
nadie esta flauta suene, si no es el mismo Pan.


Darío ante sus críticos

Rubén Darío dejó la poesía diferente de como la había encontrado: en esto, como Garcilaso, Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Lope, Góngora y Bécquer. Sus cambios formales fueron inmediatamente apreciados. 

La versificación española se había reducido, durante siglos, a unos pocos tipos. De pronto, con Rubén Darío se convirtió en orquesta sinfónica. Dio vida a todos los metros y estrofas del pasado, aun a los que sólo ocasionalmente se habían cultivado, haciéndolos sonar a veces con imprevistos cambios de acento; y además inventó un lenguaje rítmico de infinitas sorpresas, sin salir de la versificación regular. No sólo desarrolló todas las posibilidades musicales de la palabra, sino que para cada estado de ánimo usó el instrumento adecuado. Leyéndolo uno educa el oído; al educarlo, más planos sonoros aparecen en el recitado. 

Por su técnica verbal Darío es uno de los más grandes poetas de todos los tiempos; y , en español, su nombre divide la historia literaria en un "antes" y un "después". Pero no sólo fue un maestro del ritmo; con incomparable elegancia poetizó el gozo de vivir y el terror de la muerte.

Caupolicán


Es algo formidable que vio la vieja raza:
robusto tronco de árbol al hombro de un campeón
salvaje y aguerrido, cuya fornida maza
blandiera el brazo de Hércules, o el brazo de Sansón.


Por casco sus cabellos, su pecho por coraza,
pudiera tal guerrero, de Arauco en la región,
lancero de los bosques, Nemrod que todo caza,
desjarretar un toro, o estrangular un león.


Anduvo, anduvo, anduvo. Le vio la luz del día,
le vio la tarde pálida, le vio la noche fría,
y siempre el tronco de árbol a cuestas del titán.


«¡El Toqui, el Toqui!» clama la conmovida casta.
Anduvo, anduvo, anduvo. La aurora dijo: «Basta»,
e irguióse la alta frente del gran Caupolicán.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Lo fatal

Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...


martes, 3 de marzo de 2015

Cuento Las pérdidas de Juan Bueno

LAS PÉRDIDAS DE JUAN BUENO[i]
Éste era un hombre que se llamaba Juan Bueno. Se llamaba así porque desde chico, cuando le pegaban un coscorrón por un lado, presentaba la cabeza por otro. Sus compañeros le despojaban de sus dulces y bizcochos, le dejaban casi en cueros, y cuando llegaba a la casa, sus padres, uno por aquí, otro por allá, a pellizco y mojicón, le ponían hecho un San Lázaro. Así fue creciendo, hasta que llegó a ser todo un hombre. ¡Cuánto sufrió el pobrecito Juan! Le dieron las viruelas y no murió, pero quedó con la cara como si hubiesen picoteado en ella una docena de gallinas. Estuvo preso por culpa de otro Juan, que era un Juan Lanas. Y todo lo sufría con paciencia, a punto de que todo el mundo, cuando decían: ¡Allá va Juan Bueno!, soltaba la risa. Así las cosas, llegó un día en que se casó.

La prosa de Rubén Darío

Aquí tienes algo sobre la Prosa de Rubén Darío, en el portal educativo del Ministerio de Educación, solamente hacer clic en el enlace de arriba.

Vea el libro "25 cuentos" de Rubén Darío: Selección de cuentos de Rubén Darío

lunes, 2 de marzo de 2015

Rubén Darío y el Modernismo

Rubén Darío es citado generalmente como el iniciador y máximo representante del Modernismo hispánico. Si bien esto es cierto a grandes rasgos, es una afirmación que debe matizarse. Otros autores hispanoamericanos, como José Santos Chocano, José Martí, Salvador Díaz Mirón, Manuel Gutiérrez Nájera o José Asunción Silva, por citar algunos, habían comenzado a explorar esta nueva estética antes incluso de que Darío escribiese la obra que tradicionalmente se ha considerado el punto de partida del Modernismo, su libro Azul... (1888).

Así y todo, no puede negarse que Darío es el poeta modernista más influyente, y el que mayor éxito alcanzó, tanto en vida como después de su muerte. Su magisterio fue reconocido por numerosísimos poetas en España y en América, y su influencia nunca ha dejado de hacerse sentir en la poesía en lengua española. Además, fue el principal artífice de muchos hallazgos estilísticos emblemáticos del movimiento, como, por ejemplo, la adaptación a la métrica española del alejandrino francés.